Hay conversaciones que pesan antes de empezar. El estómago se encoge, la voz se mide, las palabras se eligen con bisturí. El feedback, cuando se percibe como juicio, puede convertirse en una herramienta que erosiona en lugar de fortalecer. 

En Descubrir creemos que la retroalimentación no es para corregir personas, sino para construir futuros posibles juntos. Un buen feedback es como un espejo bien iluminado: muestra la realidad, pero también deja ver el potencial que a veces olvidamos. 

Dar feedback sin daño significa entender que detrás de cada resultado hay una historia, un contexto y una persona que necesita sentirse segura para escuchar y actuar. Significa cambiar el “te equivocaste” por “¿qué aprendimos de esto?”. 

No se trata de suavizar la verdad, sino de entregarla de una forma que invite a la reflexión y al compromiso. Porque una conversación que cuida no es menos honesta; es más poderosa. 

En Descubrir diseñamos espacios donde estas conversaciones dejan de ser una amenaza para convertirse en una herramienta de crecimiento colectivo. Si tu equipo necesita transformar el miedo en confianza, hablemos.

“Las palabras pueden destruir o construir. Elige bien las que uses.” – A

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